que el artista ha debido efectuar algunos viajes, necesarios para explicar su extraordinaria trayectoria estilφstica, la vida de Correggio, exceptuando una larga estancia en Parma, transcurre prßcticamente en su ciudad natal. El primer encargo importante
se le confφa en 1514: la \i Virgen de san Francisco\i0 , para los franciscanos de Correggio (actualmente en Dresde, GemΣldegalerie). En esta primera obra, el pintor funde el clasicismo que Andrea Mantegna propone en Mantua y las innovaciones que aportan
los maestros de Venecia y la comarca de Emilia. \par
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Un viaje a Roma, realizado en torno a 1518, explica su conocimiento de las novedades de la pintura de Rafael. Sus reflexiones sobre las principales corrientes artφsticas de la primera mitad del
siglo XVI italiano hallan una lograda aplicaci≤n en la Cßmara de la abadesa Giovanna Piacenza (1519, convento de San Pablo de Parma), donde Correggio realiza una pΘrgola de flores que se curva enmarcando los lunetos monocromos.\par
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En 1520, tambi
Θn en Parma, ejecuta los frescos de la c·pula de San Juan Evangelista, en los que la experiencia romana es superada mediante la eliminaci≤n de todo soporte arquitect≤nico, en provecho de una composici≤n libre y dinßmica de las figuras en el espacio. La
\i Asunci≤n de la Virgen\i0 , pintada en la c·pula central de la catedral de Parma entre 1526 y 1530, constituye el ejemplo mßs perfecto de este principio innovador. En esta ocasi≤n, la representaci≤n, integrada en una falsa superficie marm≤rea, se dilata
en un turbulento agitarse de cuerpos en escorzo, envueltos por volutas concΘntricas de nubes. \par
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Por esos mismos a±os, Correggio pinta la \i Virgen con el Ni±o y santos\i0 (Parma, Galerφa Nacional) y la \i Adoraci≤n de los pastores\i0 de Dres
de, ambientada en una sugestiva escena nocturna. El trabajo mßs importante de los ·ltimos a±os del pintor corresponde a la serie de lienzos con los amores de J·piter, encargados por el duque de Mantua para regalßrselos al emperador Carlos V. Estas creaci
ones revelan la madurez de un lenguaje inspirado en un ideal de pureza que servirß de ejemplo durante todo el siglo XVI, e incluso serß recuperado por la pintura barroca.